Agua potable - Captación

Generalmente pasa desapercibida la fuente de captación de la que proviene el agua que consumimos, pero dicha fuente define los pasos que se tomarán para llevar el agua al estado de pureza necesario para poder consumirla.

 

Los ríos, lagos y mantos acuíferos subterráneos, son las principales fuentes de captación de agua para consumo humano, y cada una presenta condiciones distintas.

 

El agua que se capta de ríos y lagos, puesto que son fuentes superficiales y están expuestas al medio que las rodea, puede presentar cierto nivel de turbidez y color. La turbidez se refiere a la  falta de transparencia debido a la presencia de partículas que se encuentran suspendidas en la misma. El nivel de turbidez es una medida importante en relación a la calidad del agua, pues a mayor nivel, menor será la calidad del agua cuando su finalidad es consumirla.

 

Una vez la turbidez ha sido eliminada, el color del agua puede deberse a la presencia de iones metálicos naturales y materia orgánica disuelta.

 

Cuando ha sido captada de un manto subterráneo a poca profundidad, generalmente se encuentra contaminada por haber entrado en contacto con agua que ya ha sido usada por el hombre (desechos, pozos ciegos, excremento de animales, etc.), por lo que no es apta para el consumo. Existen mantos a mayor profundidad que almacenan agua entre secciones impermeables, estos se conocen como mantos confinados. El agua que se obtiene de estos mantos es apta para el consumo o requiere de un proceso sencillo de potabilización.

 

El análisis físico-químico y bacteriológico de la fuente de captación es el primer paso para conocer sus características y determinar el tipo de tratamiento que necesite. Si tienes preguntas o quisieras saber más al respecto, no dudes contactarnos. 

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